Por estos días vemos que al comprar un vehículo nuevo algunos concesionarios avisan de demoras en la entrega de dos a cuatro meses. Por temas de pandemia la producción de algunos componentes electrónicos de los vehículos nuevos se detuvo, ocasionando que los vehículos quedaran almacenados en espera de las partes para poder ensamblarlos completamente. La demora generada por esta situación hizo que el mercado mirara hacia el sector de usados; el aumento de la demanda del usado, hizo que el valor de estos se incrementara.
Teniendo en cuenta que medidas como el aislamiento y los aforos, que se tomaron para hacer frente a la pandemia ya se han venido desmontando y los fabricas de partes electrónicas han retornado a su normal funcionamiento, el desabastecimiento que existía en el mercado empieza a desaparecer y los compromisos de entrega de partes electrónicas que se tenían con los fabricantes de vehículos se han empezado a normalizar poniéndose al día, podríamos pensar que la situación se normalizará totalmente a finales del presente año.
Si la idea es cambiar de vehículo se puede aprovechar la oportunidad que se presenta en este momento con la valorización de los usados, pero si lo que se quiere es comprar uno nuevo es importante que se confirme la fecha de entrega ya que no todas las marcas fueron afectadas de igual forma, lo que quiere decir que la lista de espera en algunos concesionarios es mayor que en otros.
Si la idea es cambiar de vehículo se puede aprovechar la oportunidad que se presenta en este momento con la valorización de los usados, pero si lo que se quiere es comprar uno nuevo es importante que se confirme la fecha de entrega ya que no todas las marcas fueron afectadas de igual forma, lo que quiere decir que la lista de espera en algunos concesionarios es mayor que en otros.